domingo, 4 de septiembre de 2011

Combate al terrorismo dejó crecer al narco

CIUDAD DE MÉXICO (04/SEP/2011).- México también sufrió consecuencias por el atentado terrorista a Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001. La prioridad para los estadounidenses ha sido sellar sus fronteras a las amenazas terroristas y recibir en este esfuerzo el apoyo del Gobierno mexicano, un enfoque que ha tenido un impacto negativo en la atención al tema del narcotráfico y el crimen organizado.

Ana María Salazar, ex asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, señala que México y todo Latinoamérica dejaron de tener nivel de prioridad para los estadounidenses.

“Si no hubieran sucedido los atentados terroristas, tal vez Estados Unidos le estaría poniendo muchísima más atención a lo que está pasando en México y el impacto que están teniendo los grupos del crimen organizado”.

Para Raúl Benítez Manaut, del Centro de Investigación sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que Estados Unidos fijara como su prioridad la atención al terrorismo hizo que abandonara la amenaza del narcotráfico “y eso a México lo perjudicó, porque los narcotraficantes se sintieron relajados para hacer sus operaciones y pudieron expandir sus actividades de trasiego de droga, de tráfico de armas, de lavado de dinero”. Asegura que, durante los primeros años después del atentado, “los narcotraficantes, al no ser perseguidos con energía, fueron muy favorecidos”.

Iliana Rodríguez Santibáñez, investigadora del Centro de Diálogo y Análisis sobre América del Norte (Cedan) del Tecnológico de Monterrey, destaca en su análisis, por su parte, que la Iniciativa Mérida es la evidencia más contundente del vínculo de seguridad gestado en los últimos años con Estados Unidos, que se traduce en el cierre de fronteras y el incremento de elementos de agencias estadounidenses, pues la prioridad para ese país es sellar su zona geográfica.

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